De acuerdo a la metodología de verificación y análisis del curso Análisis Comparado de Periodismo, el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet cumple en parte la siguiente promesa que hizo al país en su programa de campaña en 2013: “Aumentar la carga tributaria para financiar, con ingresos permanentes, los gastos permanentes de la reforma educacional, otras políticas del ámbito de la protección y el actual déficit estructural en las cuentas fiscales”.

Para analizar esta medida se propusieron los siguientes parámetros: “Crear mecanismos para aumentar la carga tributaria, verificar la variación en el déficit estructural de las cuentas fiscales, verificar la cantidad de ingresos recaudados con la Reforma Tributaria y revisar el gasto total real en reforma educacional y políticas de protección social". Con el aumento de la carga tributaria, el déficit estructural de las cuentas fiscales disminuyó en 0,25% anual, acorde a la información del Ministerio de Hacienda. Y la gratuidad los últimos dos años fue financiada por glosa presupuestaria.

La recaudación anual en 2015 fue de $ 44,3 billones de pesos, que se compara con los $ 39,44 billones de 2014. El primer año de aplicación de la Reforma Tributaria fue 2015, y se implementa por etapas hasta 2018. La mayor asignación de recursos en la Ley de Presupuestos fue para el sector social, con un 67,6% de los fondos ejecutados. Educación recibió la mayor cantidad (36,9%), Trabajo (30,5%), seguido de Salud (20,7%). En la reforma, el Impuesto a la Renta (42,7%) e Impuesto al Valor Agregado (47,4%) hacen los mayores aportes. Durante 2015, la recaudación del Impuesto a la Renta creció 24,6% y el IVA, 9,0%, todo según los datos de la Tesorería General de la República.

En cuanto al déficit estructural de las cuentas fiscales, la Presidenta aseguró en su discurso que se está reduciendo "en 0,25% del PIB por año". Esto se sustenta en los datos entregados por la DIPRES que presentan un -1,9% del PIB en 2015, -1,6% en 2016 y la proyección de -1,3% para 2017, a pesar de que la deuda fiscal superó el 20% del Producto Interno Bruto.

Finalmente, el financiamiento de la Reforma Educacional y de políticas de protección social no se logra del todo. Los retrasos legislativos en materia de educación superior obligaron al Gobierno a implementar la gratuidad por medio de una glosa presupuestaria, y no por ingresos asociados a la Reforma Tributaria.

Gonzalo Polanco, Director Ejecutivo del Centro de Estudios Tributarios de la Universidad de Chile, señala que toda la reforma está enfocada en crear mecanismos que aumenten la carga tributaria. “El objetivo de la reforma tributaria era financiar la reforma educacional. Todos sus mecanismos apuntan a aumentar la carga tributaria. El único que baja la carga tributaria es la tasa máxima marginal del impuesto a las personas, desde un 40% a un 35”, explica Polanco.

Oscar Ferrari, Magíster en Dirección y Gestión Tributaria y profesor de Derecho Tributario en la Universidad Católica, cuestiona el carácter permanente de los ingresos por medio de la reforma. “La recaudación aumentó por un tema puntual, que fue la repatriación de capitales o el blanqueo de los activos que tenían las personas fuera de Chile, que no es un ingreso permanente, sino que es una sola vez”, dice el abogado.

Ferrari cree que en 2017 habrá un aumento en la recaudación, pero nuevamente por un tema puntual. “Este año probablemente recauden más, pero no con motivo permanente, sino que con motivo de un impuesto sustitutivo a los FUT acumulados de la empresa, que no es permanente", señala recalando que será permanente en la medida de que vaya de la mano con un crecimiento económico, no solo con el alza de las tasas, que incluso podrían afectar el crecimiento.

La Reforma Tributaria aún se encuentra en plena ejecución, por lo que sacar conclusiones puede ser apresurado. Pero según coinciden los expertos, esta Reforma no fue ideada de la mejor manera, pues persigue fomentar la inversión, pero al mismo tiempo genera mecanismos que parecieran frenarla. En cuanto a la recaudación, existe un alza a través de distintos mecanismos, los mismos que pueden llegar a desmotivar la inversión, y no necesariamente tienen un carácter permanente, según las fuentes consultadas.

En cuanto a la distribución de lo recaudado, habrá que esperar al término de la implementación de la reforma en 2018, incluido lo que pueda pasar en cuanto a la gratuidad en la Educación Superior.