De acuerdo a la verificación del curso Análisis Comparado de Periodismo, el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet cumple a medias la siguiente promesa que hizo al país en su programa de campaña en 2013: “El presupuesto público debe tender a equilibrarse en términos estructurales, convergiendo gradualmente desde el déficit estructural de 1% del PIB que dejará el actual gobierno a un balance estructural de 0% del PIB en la formulación del presupuesto de 2018”.
Si bien la meta de balance estructural fue abandonada en 2015 y se estableció, en cambio, un ritmo de acortamiento de la brecha, este segundo propósito sí ha sido cumplido, al lograrse una reducción del déficit estructural del 0,25% anual promedio.
Fue en 2015 cuando el Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, informó que no se lograría disminuir el déficit estructural a 0% del PIB. En el informe de Estado de Hacienda Pública de 2015 se explica que: “La recuperación de la economía ha demorado más de lo proyectado, el precio del cobre ha caído más allá de las estimaciones de distintos agentes y, más importante, los parámetros estructurales para el cálculo del balance cíclicamente ajustado se han revisado de manera sustantiva a la baja. Todo lo anterior lleva a revisar y ajustar la estrategia fiscal para lo que resta del periodo de gobierno”. De ese modo se justificó la reformulación de la meta inicial.
Según la última versión del Balance Estructural publicado por la Dipres, el déficit estructural de 2015 llegó a -1,9%; en 2016 a -1,6% y en 2017 se estima que llegará a -1,3% del PIB. Se espera que esto permita terminar el año 2018 con un déficit estructural del 0,8% del PIB, es decir a 8 décimas de la meta original de alcanzar un balance estructural.
Aun así, el déficit fiscal (la diferencia entre ingresos y gastos) sigue en aumento, pasando de 1,6% en 2014 a 2,2% en 2015. En 2016 cerró en 2,8% y actualmente fluctúa entre 3,3 y 3,5% del PIB.
Javier Hurtado, gerente de estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), afirma que la única forma de disminuir la deuda es reducir el gasto fiscal: “Aumentó la deuda porque se prometieron muchas cosas: gratuidad en la educación, mejorar la salud, mejorar pensiones. Todas esas promesas tienes que financiarlas”. Agrega que “como ellos subieron el presupuesto para financiarlas y no lograron los ingresos, entonces se endeudaron”.
Lo anterior se ve reflejado en la página 43 del programa de gobierno: “...atendiendo a la necesidad de emprender una reforma estructural en educación, otros requerimientos de la protección social (salud, pensiones) y el déficit estructural de 1% del PIB que se heredará de la actual administración, implementaremos una Reforma Tributaria que permita al Estado contar con los ingresos necesarios de manera sustentable”.
Alejandra Figueroa, directora del diario económico Estrategia, explica que cuando se hizo el plan de gobierno de Michelle Bachelet, esperando reducir el déficit fiscal a 0%, se contemplaba un crecimiento del PIB de 5% como promedio anual en los 4 años. “Nada de esto se ha logrado y está muy lejos de cumplirse, en primer lugar, porque el PIB va a terminar creciendo a 1,6% en promedio en estos 4 años”, afirma.
Esto significa que los ingresos tributarios están siendo mucho más bajos de lo que estaba previsto, por lo tanto, la recaudación será menor y el déficit fiscal se complica. Efectivamente, según el Informe de Política Monetaria dado a conocer el lunes 3 de abril del presente año, el Banco de Chile recortó la proyección del crecimiento del PIB entre un 1 y 2%, lo cual, como afirma el mismo informe, se arrastra de la desaceleración económica con que terminó el 2016. El presupuesto de hacienda para este 2017 muestra que el año se cerrará con un déficit de 3,3% del PIB.